Llevaba toda la semana con gripe,el sábado no trabajaba,así que me dije,-¿Que mejor que ir a soltar unos virus por allí?-.
Sobre las ocho y media salia del aparcamiento de Cardaño,al pasar al lado de unas furgonetas,vi que unos valientes estaban vivaqueando al lado de ellas,¡que valor!.
Hasta que encontré nieve, el peligro estaba en el hielo que había por las piedras,hubo algún resbalon,pero la experiencia ha echo que suba muchos enteros la plasticidad de mis caídas.
No había huella,con lo que el trabajo se me acumulaba,entre ir pendiente de donde pones el pie,y el ahogo que llevaba,la verdad es que iba bastante jodidillo.
Casi llegando al Lago de las Lomas,me pare y echando un vistazo por donde iba subiendo,me di cuenta de mi caminar errático,¡pobres infelices los que sigan estas huellas!,en estas estaba,cuando vi venir hacia mi a una esquiadora con un minúsculo biquini,-Buenos días-,dije yo,-Buenos días-,contesto,y su voz me devolvió a la dura realidad,lo que tenia delante era un rudo montañero,eso si,esquiador.La fiebre hacia estragos.
Charlamos unos minutos,yo ya tenia claro que me iba para abajo,no me encontraba nada bien,según iba bajando,me iba encontrando con mas esquiadores,que afortunadamente veía vestidos.
Me tome un café en la campa de Puente Agudin y para casa a recuperarme,que el domingo había quedado.
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